El Capitán Gonzo

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domingo, octubre 02, 2005

Democracia bien entendida


En este país, tan dado a correr sin haber aprendido a caminar, nos pasa lo de siempre: que lo último lo hacemos lo primero, aunque no se trate de lo más importante. Así, hacemos de la expresión “ponerse al día” un dogma de fe, creyendo de veras que lo que otros tardan años en asimilar o hacer nosotros lo conseguimos en un día. Y valga uno de los miles de ejemplos: nuestro sentido democrático. Mientras nuestros vecinos europeos ya se habían quitado los pantalones cortos en el 75, nosotros, todavía en pañales pero ya más demócratas que nadie, nos juramos alcanzarlos, como decimos en otra acertada expresión, en una patada.

Y así nos pasa lo que nos pasa: que primero hacemos la tortilla y compramos los huevos después. Y no piensen que no le echamos huevos a lo que hacemos, no, sino que con las prisas del envite no sabemos ni dónde los hemos perdido, si los hemos comprado o si todavía los llevamos pegados al culo. Pues eso, que exigimos y ejercemos nuestros derechos sin conocer cuáles son y mucho menos lo que significan e implican.

En definitiva, que creemos que tararear la musiquilla de la tabla del 9 es saber multiplicar o que saber firmar te excluye del grupo de los analfabetos. Y claro, luego no es de extrañar que a las corralas televisivas en las que la fuerza de los argumentos se mide por decibelios y aspavientos se les llame debates o que los balbuceos de los futbolistas puedan equiparase a los comentarios y crónicas de periodistas y analistas. Y lo peor de todo es que a nadie parece importarle.

En fin, que todo el mundo vale para todo y aquí se sigue confundiendo famoso con célebre y “enterao” con erudito. Y, ¿saben qué les digo? Que a mí tampoco me importa que la lectura de muchos de mis paisanos se limite a los monosílabos de cualquier futbolista si es lo que quieren pero que no me hagan creer que la Constitución la publicó el Marca o que el Siglo de las Luces es el centenario de Endesa…

Así pues, seguiré agazapado y oculto (antes biencallar que malhablar), como muchos otros espero, deseando que tras casi 30 años de democracia por fin nos aclaren la diferencia entre democratizar y vulgarizar, ya que aquí nos comemos el final, como siempre y dejamos la igualdad de derechos en simple igualdad.

Y es que como bien decía un sabio, hay quien por tener un derecho se siente en la obligación de ejercitarlo; ¡¡¡dios nos libre!!!